Columna de Alfredo Barriga: Uso de Inteligencia Artificial en procesos

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Alfredo Barriga - Diario Estrategia

09 / 04 / 2024

Uno de los usos de Inteligencia Artificial que está creciendo con mayor fuerza (se espera una tasa del 70% anual por los siguientes 5 años) es la llamada Automatización Inteligente (IA por sus siglas en inglés, lo que lo hace confuso para los castellanoparlantes, porque esas siglas son las mismas que se usan en castellano para referirse a la Inteligencia Artificial). Se la conoce también como “Automatización Cognitiva”.

En la Automatización Inteligente se combina el poder de tres tecnologías de automatización: la inteligencia artificial, el BPM (o Gestión de Procesos de Negocio, en inglés) y la robotización de procesos o RPA (robotics process automation). El BPM es una tecnología de fines del siglo pasado. El RPA es algo más cercano. La idea de juntarlos es agilizar y escalar la toma de decisiones a través de toda la empresa.

La inteligencia artificial es el motor de toma de decisiones de la automatización inteligente, mediante el uso de machine learning y algoritmos complejos. Analiza datos estructurados y no estructurados, a partir de los cuales construye una base de conocimiento sobre la cual se pueden hacer predicciones en las distintas áreas de la organización, y tomar las mejores decisiones de entre varias alternativas.

El BPM automatiza flujos de trabajo (se les denomina “workflow” en inglés, y ese era inicialmente el término usado para el software que permitía diseñar y operar flujos de trabajo). El BPM permite diseñar los procesos y automatizar su flujo, controlando al mismo tiempo el cumplimiento de las tareas y condiciones necesarias para que el proceso sea siempre bien ejecutado, entregando consistencia a los mismos flujos de trabajo.

El RPA es el que desarrolla los conocidos “Bots” como parte de un flujo, para manejar tareas administrativas como la extracción de datos o el llenado de formularios. Estos bots complementan los conocimientos de la IA, permitiéndoles abordar tareas y casos de uso más complejos.

La inteligencia artificial se potencia si es combinada con otras tecnologías orientadas a procesos. Agilizar y dar certeza de fiabilidad a los procesos (en cuanto a la calidad de los datos y a las tareas llevadas a cabo) afecta directamente en la productividad de las organizaciones. Procesos que podían tardar días en ser llevados a cabo pueden ser realizados en segundos. La riqueza de información de calidad que sale de la automatización inteligente, combinada con algoritmos descriptivos, predictivos y prescriptivos, convierten a la organización en una verdadera “máquina de hacer las cosas bien”, mejorando la propuesta de valor al cliente y el resultado financiero.

Es definitivamente una ventaja competitiva en el dinámico entorno de negocios actual.

Por Alfredo Barriga, profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UDP, en Diario Estrategia.