Hernán Alcayaga - CIPER
22 / 03 / 2024
Señor director:
El agua, fuente primordial de vida y desarrollo, ha sido protagonista en los esfuerzos internacionales por la paz y la cooperación, especialmente en el contexto del Día Mundial del Agua (22 de marzo). Bajo el lema «Agua para la paz», se destaca cómo este recurso puede ser tanto catalizador de armonía como causa de conflictos, un hecho que trasciende fronteras y exige acciones conjuntas a nivel global y local.
La ONU destaca que, a nivel internacional, más de tres mil millones de personas (37% de la población mundial) dependen de recursos hídricos que atraviesan fronteras nacionales. Sin embargo, la cooperación en la gestión del agua aún es insuficiente, como demuestra el hecho de que solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos compartidos. En un mundo donde los impactos del cambio climático y el crecimiento poblacional agudizan la escasez y la contaminación del agua, la necesidad de unir esfuerzos para proteger y conservar este recurso es urgente.
La importancia del agua para la paz no se limita a la esfera internacional; a nivel nacional, en Chile, esta necesidad adquiere dimensiones críticas. La emergencia climática ha dejado casi a un tercio de las comunas chilenas con decretos de escasez hídrica, exacerbando tensiones y desafíos en el acceso equitativo al agua. En este contexto, se hace evidente la urgencia de una mejora del modelo de gestión (como bien se indica en el informe sobre el desempeño ambiental de Chile recientemente publicado), priorizando su acceso seguro y equitativo, especialmente para las comunidades locales.
Los esfuerzos de prevención de conflictos hídricos en Chile han sido principalmente a través de procesos de participación ciudadana y consulta indígena. Sin embargo, estos esfuerzos aún carecen de una articulación efectiva y un enfoque integrado de manejo de cuencas, lo que limita su impacto y eficacia.
Ante este panorama, el Día Mundial del Agua nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la importancia crucial del agua para la paz y la necesidad imperiosa de unir fuerzas a nivel nacional e internacional. Cooperar en materia de agua no solo promueve la armonía y la prosperidad, sino que también fortalece la resiliencia frente a los desafíos comunes que enfrentamos como sociedad, a diferentes escalas, desde la local a la global.
Por Hernán Alcayaga, director de la Escuela de Obras Civiles UDP, en CIPER.